1-t-
ALYIA LATINA
v
desiertas. Sus estrofas tienen una
dulce sonrisa de escepticismo, pare–
cen quejas de la noche porque son
mansas v calladas corno el furtivo
parpadea-r de las estre llas ................. .
Los que comu yo le conocen de cer–
ca, Los que h an podido aquilatHr, en
los nitos de íntimas confidencias,
cuando no secé1lculan las µa.labras,
lo que valen sns s1:1eños, ti enen que
admirarlo, porque sn lo, sin la. ridícu–
la protección, que es lim osna, de los
que llegaron a l triunfo a rras trándose
como orugé1S, se ha fonn ,.1do un pres–
tigio, no rliré sólido ni deslumbrante,
pe:-o si gn-111de, inmensa mente gn-1 nde
para sus dieciocho étños.
Poco acost umb1·ado a elogiar, pre–
dispuesto más bien
a
de~truir
famas
y
títulos inmerecid os, a bui-lanne de
talentos ele bibliotecas v archivos. a
quitai- máscaras de fars-antes, n.o me
induce a l escribir este boceto otro
próposito que declanu que Guillermo
L1ma
1
·cartland, es tod a una promesél,
que así lo dicen no mis frases que no
tienen fuerza
ni
valor alguno, sino
sus ''Figun1s Excelsas", sus versos y
el gésto inconfundible de su tesis de
b;1chilkr que habla de un efectivo t ;t–
lento n7
y
señor ele energía
y
de au–
dacia.
RENÉ DE
Lvs
DE LA QUINCENA
Los
poetas
El tiempo no es parn bromcts. Se
,acercan los exámenes.
Y
h r1y que estu–
diar de ven1s. Pido pnes di~pensa a
los lectores. Porque voy a tratar con
toda seriedad un punto li ten1rio. Un
.p>!Jnto que va a ser el olijeto (.',mi tesis
de b achiller e1_: Letra~. ''Lét -nueva ge–
nernción poeb,ica rle San Marcos. Es–
tuchQ, c_rític9_ literario
y
personal por
T.. ,:G,.
<;l'
Or. ._.
¡,
. Se hél b1:á
n
extrnñado del título.
p¿rq,1..c1e ,úd~. eree~á,n que no lrny un~
nueva genernció.ó litennir1.
Y
que si lr1
hay, a un no tiene
Cél
n-1cteres parr1 ser
reco110cid:-t. Estún Uds. equivoc~dos.
_·, Los"ca n1ct~í-~s. ·
,~~1:1
ir1c o 1:i ftíncfihles.
,Los poet;.1s d,e !, ln 111.1evr1 generación
tienen ,n1sgos uotables. Ante tod o son
muy éxtri1 va gá ntes. No
h;.,y
uno que
t;enga r asgos vulgares. Todos tie-
' n en rasgos extremos. No existe el tér–
rnin~ ii1eclio; Ya es la dilaüición feno–
rn·enal del 81:. Góngon-t o la cómp,e–
sión p1axima del Sr. Del- Aguil;:i. Los
t o nos ct'epusculr1 res del rostn> del Sr.
Ureta o la pétliclez neurótica del Sr.
Beltroy. L:-t gordurn sr1nchuna del
can1or del Quijote
ó
la rlelic ncla corn–
pkxión del Si-. Albrili.
Hét.Y pm·,1 todos los gustüs.
y
pr1ra
todos los temperamentos. Una. obra
escrita por es.t_n;;; seis poe tas se-ría una
obra perfectél. Estarían refl ej é-1clos to–
d .os los élspectos de ln, Humanidad.
Y
los seis unic;1 mente. Ni uno más ni
uno menos . . Uno más r es ultHría un
Domingo siete pél rn
lél
obra.
El
Si-. Góngon1, pondría la parte
mís tica. Sa
I
mos de D:-t vid v trozos del
Edt s iastés. Porque el Sr. Góngorn sa–
be lr1 Biblia
y
podría recité1rla m1111i–
n1blef.ne11te. Tiene voz de pn•dicacl,n·.
Ca nté1
rÍ<1
u na mi sa ;.1 la perfección. Su
- -rnísrna figu1°a es mística. Fi g un1 de
santón mRhometano. l:1men ,-~1 y reco–
giclél. A pe~a1· de que estud i,1
pR
ra
ahogarlo, n:-1die nos quita de la cnbe–
za que acabrtr:"i en teólogo.Sin embar–
go lél Jurispructencia hH impres<• y;-1
su huellél en el poeta. Por lo menos el
estudio ele 101, Códigos le ha h echo nu–
m e rar sus versos. (Nocturno III. Diur–
no VII). Exacb, mente como los a rtí–
culos del Código.
Y
resultan sus \'e r -