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ALMA LATINA
Exhortación
Hemos recibido
de
un inteligente e
;lustrado
universitario
arecjuipeño
que cursa en nuestra universidad el
3er. año de Letras esta cariñosa
y
be–
névol8; ''Exhortación'' que, agra-dece-·
mos sinceramente.
Dedico estas frases, no a una more–
na de ojos sugestivos e int'ensos; no a
una rubi a de rizados cabe1los y mirar
tierno; n©
:a
una mujer de talle arro–
gante y perfil gallardo. Mis frases no
son de áloum ni son para álbum. Son
francas, expontáneas, nac'idas de un
entusiasJ.11;1,0 y de una decis.ión. Son su–
ficientemente mías, y como tales fer–
vorosas 'y sinceras. La ·sinceridad de
mis frases son como un homenaje que
brindo cariñosamente a
las páginas
que insertan esta ~xhortación: , "Alma
La-tina" ...... Para ella son y para los
que supieron darle vida. Para los que
en élla tienen su alma puesta ,en el al-
ma de su título, y para los que supie–
ron romper la vulgaridad del nombre
identificándola con el de la raza ........ .
No son páginas políticas, ni tampoco
tienen el ma n'oseado reclame rnercan–
tíl: so~ páginas de poesía, de amor, de
vida espiritual: .son jóvenes los que
laboran la obra: son cerebros nuévos
que consagra n sus esfuerzos al culto
de la idea y de la acción ............. Es
jo-
ven "Alm~ Latina ", pero viejos muy
viejos sus alcances:' la i~iciación de
una nuev'a ge'neración intelectual en
el país.
·,
"Alma Latina", nacida al calor cie
la juventud y de sus entusiasmos, 'per–
durará como cita, siempre altiva,
s1eml?re noble y con su virtualidad
propia.
RIG
VEDA
Lima, Primavera de ' 1.915
DE
VIAJE
El atn'or es t'an solo una posada
en mitad del camino de la v'1da,
Siento que más me alejo de tí en cada instante;
mi nombre bajo el polvo de tu ol,vido cruento
se perderá muy pronto, como una cifra amante
que se graba e'n la arena, y que deshace el viento.
De nuevo emprenderemos nuestro vagar errante:
tu irás con tu alegrfa, yo, con mi desaliento, .
y en mi vivir, tan solo serás como un distante
oasis, que se esfuma entre un gris polvoriento
Y de tí al alejarme, curvado de tristeza,
bendigo la piadosa bondad de tu belleza,
por que un instante fuiste la rama protectora
J.
s.
CH.