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Diariodelo'J Litera'toi
gr¡rl!> t:o,mq €1
arbitrio
de
poner
de(~
propia cofecha ciertas
notas
,
u
adieio.J
nes ,unas para
mitigar;
y
otras para·
·
e.fclarer;er
/,1. noticia
,
íegun fe e-x:p1ica
en
el Prologo
de-1
fegundo Mercurio¡
Aunque paífemos por encima de que no
es
oficio de qn rigurofo Traduélor
(co~
roo lo
es el
Sr.
Ma_ñh)
d
efalare&er
1
y
1
mucho menos el
mitigar
las notidas; en
medio de efto dudamos
muy
mucho,:
que
aya
'onfeg~1ido
unos
ni otro
cor:r
fus llamadas adiciones. Por lo regular
no
o1mos otra cof<1:
en
lE:>s
que
las han–
lddo , que unas expre(siones muy
v~
vas de
fo
ninguna
fatisfaccion;
y
t:am~.
bien
nos conha , que fon comunes los
defeos de que al Sr.Mañer no le huvief--:
fe
pa!fado tal cofa por el
p~mfamien'to
•.
Nofotros efbmos cafi caG perfuadidos
i
qut;:
tiene!1
quanta razon' fe pucli\e tener
los qne afsi hablan,
y
defean
1
porque
en realidad no encontramos en las ta•
les adicione s otra
c::ofa ,
que un farrago
infipido , vulgar , mal concebido , peor
explicado ,
y
enteramente inutil : por
lo que nos-queda uria duda
>
al parecer
-
pru,~