Playas de vidas: novelas cortas

Playa de Vidas 41 Migajas ... , vacíos frascos de perfume . . . , residuos de tu intimidad. ¡Reliquias del corazón: dejad que escar- be en vosotras! Un papel azul. ¡Este fué! Paloma que, al posarte en la antena de mi barco, picoteaste mis entrañas: acaba ahora de desgarrar mi cadáver. "Mamá: esperámoste muelle". ¡¡Ah!! • • • Una ruta: Dirección Sur. Otra ruta: Dirección Oeste. Otra ruta: Dirección Norte. ¡¡Esta!! Y yo, en la cabina de mando del puente. En mi ma- no, el sextante ya inútil. Y, en el cielo, tú. -¡oh mi Estre- lla Polar!-. Inmutable como el Destino. Imperativa como una diosa. Sí; te veo, estrella. Te veo, te miro, te sigo eternamen- te. Pero ya no doy vueltas en torno tuyo. Ahora dirijo a tf mi recta inexorable. La linea más pura de la geome- tría. Como antes. Como cuando aún no habías descendi- do. Ahora que has vuelto a situarte en tu cenit de siem- pre, lejano y hondo. Laura, Ofelia, Alicia o Luisa: eres ya, para mi infor- tunio, espíritu. Eres ya, para mi roja tragedia, estrella. La Estrella Polar que guia mis caminos. Sigue mi transatlántico tu dirección. Va salv:;}ndo pa· ralelos, latitudes ... Paralelo 30 ... , 45 ... , 80

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx