Playas de vidas: novelas cortas

.Pla.ya de Vidas 291 ras de p(?ligrosos flirts. ._Este no compra, luego habrá que ofrecer. Táctica opuesta a la del nuevo rico. A la quinta copa de "cihampagne'' surge ya la "car. cajada sonora''. La "ingrata" va qu.ed 'ándose ya atrás. Mientras yo sigo calafateando brecihas. Se aleja el peli- gro del hundimiento. Hombre salvado. Bruscamente me interroga: -¿Quieres sentarte ·en mis rodillas? -¿ 1 Por qué no? Yo no necesito jurarte amor para e- so. Yo no soy como la "ingrata". -¿ Y darme un beso? ~También. Reímos. El nuevo rico, asombrado, nos contempla des- de lejos. Palpa su opulenta cartera, se queda un rato pen- sativo. Intuyo su pensamiento: cálculo sobre mi "venta". Mira a mi recién salvado náufrago sonriéndole respetuo. samente como a hombre más afortunado que él, investi· do de más autoridad que él en la bolsa de los Valores de esta Playa. Entre copa y copa, -entre beso y beso, recorro con los ojos esta playa de vidas. Allá, en un ángulo del caba- ret, Carmen arranca trocitos de neurastenia a un misán· tropo terribJ.e. En una mesa, Zoratda pone gotas amar. gas de lágrimas en la copa de un muchacho. En otra, Jo- sefina. Y en la otra, Nelly. Todas entregadas a su alto sacevdocio de salvadoras de vidas. ¡A comisión! Simple- mente a comisión. · Entran nuevas quillas averiadas. Salen otras recom- /

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