Playas de vidas: novelas cortas

282 Rosa Arciniega Form.6 con ellas un manojo: su manojo de siempre. Y dichosa, emprendió el camino de la ciudad. En un arroyuelo, se lavó la cara. Se peinó. a tien- tas. Espolvoreó gotas de agua fresca sobre las flores. Cantaba. . Me acerqué entonces a ella. No me conocfa. Pero me dijo: Es la ~primera mirada que me ha mirado en el mun- do sin mofa, después de la de él. Porque eres un espfri- tu pueril, puedes comprender el secreto de mi felicidad. Voy a desposarme ahora con mi prometido. Cuando vuel- va, celebrada ya la ceremonia, sígueme y sigue a mi "cor- tejo". Te invito a presenciar mi magntfica noche nup- cial ¡Lo aicabé de comprender todo! • • • Después, he visto varias veces repetida la misma ce- na fantástica, la misma noob.e nupcial fantástica, el mis· mo fantástico despertar de la antebOda. Y he pensado en tu felicidad; en tí, feliz -y casi ar- cangélica- Bobitos, "fantasma blanco de la aurora", que estás viviendo la perennidad de una. eterna noohe nup- cial, poética y ultraterrena, y despertándote al otro dfa tan pura como esas vedijas de luna, hechas flores, que llevas en tus manos, para volver a comenzar.

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