Playas de vidas: novelas cortas

-Señorita, con el 1-4-8-0 -Comunica. -Señorita, con el 2--3-6-2. -Hablen ... -1-4-8-0, señorita. -Comunica todavía. -Señorita, con el 8-6---4-3. Las lamparitas -verdes, azules, rojas- siguen, ca- prichosamente, encendiendo sus luces de bengala, sus chis- porroteantes fuegos artificiales, aquí, allá, arriba, abajo, en veinte sitios a la vez. Una ... , otra ... , otra ... El cerebro de la urbe, en vibrante inquietud nerviosa, en plena febrilidad de trabajo, hace funcionar simultánea- mente todos sus resortes, moviliza todas sus energía!>, po- ne en loca zarabanda todas sus arterias. -Señorita, 1-4-8-0; 3~2, 2-8-5-4. Son nervios del formidable cerebro urbano que piden vía franca, que solicitan contacto con otros nervios ais- lados a través de nosotras, simples células de enlace, útiles transmisoras inconscientes de poderosas fuerzas externas que actúan desde lejos sobre tejidos recónditos. Nervios ópticos, nervios auditivos, nervios sensoriales que, sacudidos por fuertes reacciones exteriores, acuden, solícitos, en busca de ruta libre hacia otros nervios dis- tantes; a nosotras, punto de unión de toda e~a entretegi- da malla de finos músculos que constituyen la cabeza de

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