Playas de vidas: novelas cortas

9d Rosa Arciniega ¿Está usted seguro, amable colaborador, de que no hemos olvidado nada? Pues entonces, en marcha. Sin de- cir adiós a nuestros personajes para que no se enteren de nuestra fuga. Véalas: aparentemente, _están ya resignadas. Han vuelto a su vida de antes. Todo está igual que el día de nuestra llegada. Cosen en el amplio salón. Y hablan. Dice una: -Es preciosa esta tela. Otra contesta: -Sí; muy bonita. Y bordada así (Pausa). Un reloj da las tres. -Las tres todavía ... -Apenas las tres (El gato gris del silencio se acurruca, hecho un ovi- llo, en la butaca vacía). ¡Pero lo que habrá ahora en la sonoridad de ese si- lencio! • • • Las casas de la aldea nos miran marchar, desolada- mente tristes, hacia nuestra también inexorable Realidad.

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