Una llave, un mar, un puente : el impacto de la selección de libros en la formación de lectores

169 rios como los del mercado o los «usos didácticos» de la literatura en la escuela. Estoy convencida de que los criterios se van confor- mando, ampliando, puliendo y volviéndose más sutiles y profundos en la medida que más leamos, nos abramos y nos dejemos permear por nuevas experiencias estéti- cas; por eso también es una tarea precaria y que no tiene fin. Cuando eran presenciales, estas discusiones y deba- tes enriquecían y ampliaban miradas y horizontes. En el caso de la virtualidad se vio muy acotado este espacio, lamentablemente, pero aun así se pudieron sostener en alguna medida. ¿Qué saberes son los que permiten realizar mejor la tarea? ¿Qué tipo de profesional no debería faltar en un comité de selección? Ser lector —voraz en lo posible—, sin duda alguna. Sa- ber de literatura en general. Saber qué se pretende con la lectura literaria en las escuelas (para eso «La gran ocasión» de Graciela Montes sigue siendo un faro indiscutible para mí). Tener horizontes culturales lo suficientemente am- plios para saber que siempre es posible ir más allá. Gozar de experiencias artísticas en general. Ser cu- rioso, inquieto, exigente, cuestionador del establishment , ambicioso en términos estéticos.

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