Estudios geológicos en la provincia de Chancay

~ 36 - bancos ullífcros que constituyen su signo pri– mordial; y en cuanto al tercero, todos bien sa– beis cual es el predominio que en él llegan á alcanzar las areniscas rojas ó samitas. ¿Qué po– dría decirse pues en presencia de un tern"'no for– mado únicamente por pizarras y areniscas arci– llosas, en el que no se observa la rnennr traza de caliza, ni depósitos de combustibles, ni nada que no pertenezc:l al horizonte geognóstico del silúrico? Sería preciso, señores, que os encontrárais por delante de esa formación, así como yo me he encontrado en tantas ocasiones, y que vie– rais las profundas huellas del metamorfi smo que ha penetrado sus entrañas, y que huscárais em– peñosamente los fósiles como yo en vano lo he efectuado, para que surgiera á vuestro espíritu con la evidencia casi intuitiva de las verdades inconcusa-;, la idea de la antigüedad infinita del terreno. Allí se piensa en que solo una causa poderosa, el plutonismo, obrando de una mane– ra extensa y uniforme é inmediata, ha podido ser capáz de desnaturalizar hasta tal punto la estructura primitiva de las rocas; y allí se pien– sa tamhien sobre el escaso número de seres que han debido vivir en esos tiempos y sobre su or– ganización rudimentaria, como si la materia hi– ciera en ellos los primeros esfuerzos por la vida. Consecuente con estas ideas, opino que el le– V~J)Jamientg g-ranítico g_ue dió lugar á la apari– ción de las montañas d,e I:l,y_aura y de las rocas plutónicasque se observan sobre la meseta y las llanuras de la región, se verificó en los últimos tiempos del período silúrico. Esta opinión está

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