Estudios geológicos en la provincia de Chancay

-- 32 - los mares? Es preciso recordar las condiciones terrestres de esta época, en que aun no se habían disipado los efectos del plutonismo primitivo, en que la cubierta consolidada de la Tierra di– simulaba mal aún la incandescencia de su piros– fera; y si tales circunstancias no se olvidan, la idea de un metamorfismo regional en las arci- ,, llas nos asaltará inmediatamente. He aquí la causa primera que puede darnos cuenta de la existencia de las pizarras arcillosas en los terre- nos de H uacho. Dichas pizarras se han formado por lo tanto en el seno del oceano que á la región cubría por entonces. La extensión de esta capa de ro– cas metamórficas debe ser muy considerable, á pesar de que no he podid0 encontrarhs sino en la meseta á que me he referido tantas veces; re– cuerdo sin embargo que en uno de los cerros situados al norte de Supe, á diez legua~ de H uacho m% ó menos, existen también estrnc– tos de pizarras, y esto me hace suponer que de– ben existir del mismo modo en el trayecto que media entre ambos puertos. Todo esto hace pen_sar en una gran formación sedimentaria y metamórfica que ha sido dislocada y transtorna– da en muchos puntos por efecto de las causas de que hablaré oportunamente. ¿Cuánto tiempo permanecieron sumergidas las pizarras? La medida de este tiempo puede darla la capa de arenisca que le está inmediata– mente superpuesta. Esta capa es muy delgada y está formada por granos cuarzosos y arcillo– sos cementados por la sílice. El origen de esta arenisca me lo explico suponiendo que las par-

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