Estudios geológicos en la provincia de Chancay

• -6- los horizontes de su hogar. Allí, en el ambien– te purísimo de la familia, ha trascurriJo siem– pre su existencia, ennoblecida por la grandeza de su misión trascendental y sin pensar siquie– ra en que pudieran exist ir para ella los nuevos y m_ás amplios rumbos que le reservaba el po1- ven1r. Pero hoy, sefiores, cuando por todas partes nos circunda la esplendorosa luz de nuestro siglo, cuando todo en e l mundo avanza y se transfor– ma por los impulsos de esa fuerza incontrastable del progreso, sería un verdadero anacron ismo que la mujer de nuestra Patria permaueciera refractaria al adelanto y perfeccionamiento uui– versalcs. Llegado es, pues, el ticmpo en que ella reaccione contra una condición que le fué impuesta por épocas que fueron; que adquiera la conciencia de sus propias facultades, y que iniciándose en las esferas subl imes de la c iencia pueda elevarse su espíritu hasta las serenísimas alturas donde brilla y :,e fecundiza el pcnsa– n1iento. Que nos sirvan de aliento y de ensefianza los grandes y positivos triunfos. del talento que la mujer ha obtenido en otras partes. Desplegad vuestras miradas, si queréis patentizar est a ver– dad, por todos los vastos horizontes á que al– canzar pueden vuestros ojos: allí la tenéis en e l fecundísimo .campo de las Bellas Artes creando por do quiera la belleza con el ioextinguib'.e caudal de su primorosa fantasía; allí la tenéis en las regiones floridas de la Literatura que la ha abrumado ya con el peso de sus laureles; allí la tenéis en el severísimo recinto de las exactas

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