i7ó
Diario
de
los
Literato1
bargo no
vem~s
, ni
a~n
efperamos
ver ' que en los Libros que abaftecen
las Oficinas,
~e
ponga una femejanza
del
cuidado , qu.ellfe pone en los platos,
suc
f.e
han de fervir
a
la mefa.
Es dignifsimo de mayor elogio aquel
ardiente zelo
'y
ge'nerofo efpiritu, que
ha animado
a
V
.ds
a
oponede
a
efie
gran ton:ente del mundo :
y
mas
a
vift:a
ce tan inclementes precipicios '
y
efco·
llos, que fe han de oponer al camino.
E's cierto, que ' todo
el
mundo parece
bien la jufticia , porque fu hermofo ca..:
raél:er no
permit~
otra cofa ; pero al
acercarfe
a
c.ada caía levanta
el
grito el
1
vulgo de las pafsioni:s ' que la defco–
iloce.
13,s
muy
peligrofo oficio-el amo.
ncfiar ern
·pai;~icular
: jamas huvo Pro.-.
·feta fin piedras : por
cftO' fe
efconde
la
~e~dad
, de verguenza ,
y
·temor de la
mentira. La bic;n prel!leditada empreífa
llel
Di4rlo
en·
d
f
ymboto
del
poder,
'I
ae
la fabiduria' eíl:a publicando la
in–
feparable
n~cefsidad
de hacer la guerra.
a.laig11oran€ia 'con \os fuperiores
t~-1
lentos de bombr0s,que
!lªr
ellos
fe
con.;
~;n:cm ~nt~e D~ofc~~
·
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