¡,eroj les puedan ni aun JofpeclJar
tle/i¡,uales.
1_
Q¿:_an oportun4mente
,
Exct-
lentifsimo
Sefío~
,
podiamos ahora
.r.omenzar
a
prob4r ejlas '}Jerdades.
-
nftriendo indáiduales ' todas
las–
'4cciones
,y
defeinptños de
V.
Exc.
·~n -eW\~al
Ser'Picio? Peró no es juf-
1to
q1:1e al rendimiento de
una
fupli~
CA,
Ja
/a exprefsion de
un
agrade-'
\ci~iento, l~s
impongamos
una
obli–
gacion
,
que la modeflia de V. Exc.
m
guflara que la cumpliejfen. Efle
precifo
realo
~os
fa/pende, pero el
ttfeélo
dV.
Exc. nos inclina tanto,_
'i''e
aun efcribiendo eflo nos.
halla~
mos indecifos; porque aunque. el
llO
enojar dV. Exc. nos importa
mu–
cT,o,
como eflamos ciertos de ha}!erle .
.
d~