Mi Manuel
- 464- No quise que nadie asistiera a mi último desgarramiento y antes me recluí en el fondo de la casa, para no sentir los pa- sos de aquellos que se lo llevarían. Ya no oiría los suyos que tan alegres me resonahan cuando me venía a buscar. Ya va- eío el nido que cobijó nuestros amores durante treinta años: quedando sólo sus huellas imperecederas en mi corazón. Empezado a escribir en New-York, Enero de 1938, veinte años después de la muerte de Manuel; concluído a fines de Di- ciembre de 1940. Impreso en Lima, 1947.
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