Mi Manuel

- 462- me pareció eterna la espera. Luego me ayudaron a llevarlo a la cama y el doctor Flores le puso una inyección, sin obtener la menor reacción. Yo idiota miraba a Manuel, aun con la espe- ranza de verlo volver en sí, teniendo su mano entre las mía,s. Pretendieron entonces sacarme de su lado, .pero con ra- bia protesté y ya nadie me volvió a molestar. No recuer.do más; de repente ví gentes desconocidas alre- dedor de mí y seguían entrando; hasta que ví a Isabel su her- mana haciéndole una cruz en la frente. El, marmóreo. . . inerte, yo besándolo, tratando de reani- marlo con mis caricias, a las que él ya no contestaba. Hacia el atardecer se acercaron a decirme que el padre Vélez quería verle. Como un rBsorte me enderecé, recordando la voluntad de Manuel 1 de que no dejara acercársele ningún fraile: -"¡No lo conozco, no es nuestro amigo y no es hora de empezar amistad!" ... , dij e fuerte e iracunda. Mis palabras cayeron muy mal en medio del silencio, sin duda causando es- tupor, pues Isabel sentada en frente de mí se levantó sin decir palabra y se fué. ·rfo la volví a ver. Poco me importaba; lo principal era que cumpliese con la voluntad de Manuel "en no dejar entrar a ningún fraile pa- ra que no lo ultrajasen con sus bendiciones ni .sus rezos", min- tiendo después, al decir que se había confesado y reconciliado con .ellos; la eterna farsa de los católicos para quienes no cuen- ta un .engaño más ... También me había pedido Manuel que no lo dejase ver por nadie, después de muerto; pero no estuvo en mi poder; mis nervios me habían vencido, dejándome inerte sin voluntad y sólo al oír la pretensión de ese fraile, recobré mi presencia de espíritu, saltando como fiera herida. Luego no me pesó, al ver el imponente y noble aspecto de Manuel, ·1a serena majestad de su hermoso rostro aun des- pués de su muerte. Pensé que moj or lo hubiesen visto todos, al recordar la leyenda inventada por las beatas: de que a Vigil, después de muerto se le había salido tamaña lengua fuera de la boca, "en castigo do lo que había hablado y ·escrito contra la religión". Siquiera de Manuel no podrían repetir semejan- te inepcia.