Mi Manuel

~. 459 - vió a negarse: -"Entonces, traemo también una taza de la- vatorio, agregó con burla, pues de sieguro la devuelvo" ... Al verme llegar con la copa de leche Manuel y Tassara se miraron con ese aire de conmiseración que toman los hom- bres al darse de víctimas de la necedad de las mujeres. Pres- cindí de los gestos de mutua láJstima y lo obligué a tomar. No 1solamente no la devolvió, sino que a los pocos minu- tos recobró su color natural y desapareció el malestar. Mirán- dome entonces me dij o con dulzura. -"¡Qué bien me supiste curar!" y entre los dos amigos se ríeron reconociendo esta vez, mi acertada porfía, al haberme hecho obedecer. Esa noche durmió bien como siempre, amaneciendo per- fectamente restablecido. Yo era la que a menudo pasaba malas noches a su lado, recostada mi cabeza is.obre su pecho, oyendo su corazón latir. A veces lo sentía brincar con tal fuerza que me parecía impo- sible no fuesen dolorosos esos saltos, sobreviniendo luego esas largas "fallas" tan conocidas por los que padecen del corazón. Ya muy asustada le preguntaba entonces si algo le. dolía, él tal vez fingiendo mucha sorpresa me respondía siempre que no; siéndome imposible quedarme en sus brazos yo me retirn- ba, temiendo notara el temblor nervioso que me sacudía toda. Y angustiada sin poder dormir, durante horas lo escucha- ba respirar sin moverme; él continuando su habitual 1sueño tranquilo, despreocupado de su mal. Lo más penoso para mí era vivir 1en ese constante disi- mulo de mi tristeza, ante él sobre todo y con mis amigas, pues a nadie habíamos confiado el secreto de su mal. Estando a su lado, forzosamente me distraía conversar con él: pero 1sin contar las horas de la noche-, las terribles eran en la tarde, sola en la casa, apurándome en salir, yéndolo a bus- car, extrañándose él de verme llegar tan temprano a la Bi- blioteca. -"¡No me hallo sin tí!" ... , le respondía yo enton- ces y era la verdad : él era mi único amigo, mi cons.ej ero a quien consultaba para todo, procediendo siempre según 1su pa.~ recer. Fenómeno raro : a veces pensábamos .a un tiempo sobre igual tema; sorprendiéndonos esa similitud de ideas de los dos, a un mismo momento.

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