Mi Manuel

- 39 - Acto continuo subimos al tren que nos iba a llevar a Pa- namá, donde nos esparaba otro vapor que nos llevaría al Callao. Y conocimos la verdadera selva de América en toda su na- turalidad y esplendor; vimos por primera vez esa fertilidad asombrosa, esos enjambres de enredaderas, abrazadas de los árboles alcanzando sus más altas ramas. Los famosos cocoteros con sus frutos inaccesibles, que sólo había visto en figuras. Y lo mejor de todas las realidades, recuerdo vivo de mis· lecturas de vj aj es: naranjos y limoneros cubiertos de flores y frutos a la vez. De trecho en trecho, como s·embrados por el camino, pare- ciendo también el producto natural del lugar, una multitud de negritos salían de sus chozas de ramas secas. Con sus barri- gazas enormes que parecían el centro vital de sus seres; con sus piernas enclenques y sus cabezas diminutas, se alineaban des- nudos para ver pasar el tren. A una parada en medio del camino, bajaron varios pasaje- ros yendo a arrancar de los árboles frutas desconocidas para mí y que tanto admiraba desde lejos. Y fué realidad lo soñado, pu·- de palpar, hasta comer estas frutas tropicales tan provocativas. Finalmente, después de atravesar durante horas ese exube- rante bosque tropical llegamos a Panamá. Allí pernoctamos todos en el único hotel del lugar, situado en la plaza mayor frente a la iglesia. Al otro día la fuimos a visitar. Mucho nos sorprendió la decoración interior de esa iglesia, con sus santos vestidos de seda y terciopelo, ricamente engalanados con costosas alhajas de oro y pedrerías, pareciendo quererse imponer por sus atavíos pomposos a los fieles pobres que los vienen a rogar. Muy mala impresión nos hizo esa nueva interpretación del espíritu católi- co, quitándonos todo ~espeto esos angelitos que parecían baila- rinas de ópera bufa, con sus trajes cortos y una pierna levanta- da: "es el estilo español", nos dijeron, "y en toda la América del Sur no verán ustedes otro". Yo, en esa iglesia no recé; me parecía no ser la mía, esa re- ligión católica, interpretada con tan poco respeto! También constatamos la variedad en el color de la piel de cada uno de sus habitantes, donde el porcentaje de mezcla de cada raza e;g muy difícil de dosificar.

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