Mi Manuel
- 440 - Así, ·en ese primer día quedó algo irresoluto en la alter~ nativa de aceptar o no. Pero "el correo de las brujas" se le ha- bía adelantado y todos sus amigos lo felicitaban, antes de que él mismo se hubiese decidido. Hasta que vencidos sus últimos 1 escrúpulos, ya. resuelto, le fué a confirmar al doctor Durand 8U aceptación, dándole las gracias. El sábado siguiente a la mitad de la comida le llegó una tarjeta; era de su amigo y compañero Carlos Concha, Secretario del Pre;sidente, queriendo ser :el. primero en comunicarle la no- ticia de su nombramiento de Segundo Secretario en Buenos Ai- res, aprobado en el "Acuerdo de Helaciones" en ese mismo mo- mento. Un gran abrazo nos reunió a los tres, quedando las lágri- mas y la pena relegadas muy al fondo de nuestros corazones. Dos días después me volvía a pedir su famosa lista que en broma. había él ·escrito y yo aceptado, para hacerla efectiva; pareciéndome un sueño que ya la pudiera realizar en todos sus puntos. Y toda tristeza desapareció aparentemente con la novele- rfa de preparar ·el viaje; como muchacho al fin, se preocupó mucho en cavilar y resolver el gran problema de elegir su "trousseau" diplomático. Siguiendo los sabios· y eruditos consejos de su amigo, el célebre caricaturista Julio Málaga Grenet, el Brummel limeño, árbitro de la moda entonces, encomendó al sastre Gutiérrez la obra de los diferentes ternos. Al mes estaban termina.dos sus preparativos, listo su ·equi- paje, fijada la partida para el 23 de Septiembre. Días después1se encontró por la calle con el doctor Man- zanilla, catedrátíco .de la Facultad de Ciencias Polítícas, anti- guo profesor suyo. ·-':Sé que s-e va usted Prada, lo felicito: aunque estoy muy resentido, pues me ha choca.do no recibir su visita, como era su deber, al ser nombrado Ministro de Re-- laciones". Era la verdad; con esa tendencia de los jóvenes en suprimir lo protocolar, Alfredo había prescindido en meses anteriores de irlo a felicitar al tomar a cargo la Cartera y ser su jefe jerárquico. Luego le- recordó faltarle graduar.se de doctor en su facultad, reprochándole querer partir sin cum- plir ese último requisito. Alfredo lo sintió herido en su formu-
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