Mi Manuel

XL ALFREDO EN BUENOS AIRES En las últimas luchas electorales el PartLdo Civil se había unido al Liberal, adquiriendo ambos compromiso1s1para el por- venir confirmándolos al ser nombrado el doctor Augusto Du- r.and Ministro en la Argentina. Causó alboroto entre los jóvenes la noticia, viendo cada uno la posibilidad de s·er nombrado Secretario y partir para la Argentina: el "desideratum" de todos. ellos, ansiosos de ir a la conquista del mundo ... Varios nombres se citaban sin 'Ser confirmados y ni el mismo doctor Durand se llegaba a decidir. Hasta que intervi- no el Presidente, aconsejándole se llevase a Prada, "por estar bien preparado y apto para desempeñar el cargo". Llamado Alfredo quedó algo 1sorprendido ante el inespe- rado ofrecimiento del doctor Durand y antes de aceptar le di- j o tener primero que consultar con su padre. Acto continuo llegó a casa. Una impresión de suma angustia me dominó al oírlo ha- blar; luego comprendiendo que se trataba de la carrera '8 1 si00- gida y ambicionada para su porvenir, acallé los reclamos de mi corazón. Seguramente la misma congoja invadió 1 el áni- mo de Manuel e imponiéndonos igual sacrificio ninguno de los dos protestó. E1, seguramente leería en nuestros semblantes las diferen- t.es faces de nuestros ·sentimientos pues terminó diciéndonos: -"No aceptaré por no separarme de ustedes" ... , pero ambos habíamos reaccionado y a una voz, juntos lo disuadimos de quedarse.

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