Mi Manuel

- 432 - a quienes había disgustado el discurso de Valdelomar, al de- cir: "que debían suprimirse las universidades menores ", fu- riosos estaban los muchachos; verdad que en este caso y a pe- sar de su verdadero talento Valdelomar había "metido la pata" como se dice vulgarmente . En apuros se vió el doctor Curletti frente a ·esa agresiv i- dad amenazante de los cuzqueños, haciendo que alguno l es ha- · blase para desvanecer las imprudentes palabras de V aldelo- rnar. Ante estos nue.vos conceptos pronto cambiaron de acti- tud y arrojando sus palos, desarmados corazones y man os, se dieron todos fraternales abrazos. En el Cuzco tenía Manuel grandes amigos, antiguos adi c- tos a la Unión Nacional ·entre ·ellos los -señores de la Tor re qm: muy atentosr vinieron a ofrecerle a Alfredo la hospitalid ad. Elt esquivo, pretextó no poderse separar de SUIS· amigos, entonces eJlos extremando isu cortesía los invitó a todos. Regia ·era la mansión de la familia y fué espléndidamen te atendido el grupo de los siete muchachos amigos de Alfr edo. De nuevo fueron todos objeto de numerosos agasajos, in i- ciad0is1por la familia de la Torre ofreciendo un baile al que asistió la mejor sociedad del Cuzco, desplegando esa s untuo- sidad de los antiguos tiempos, que sólo en provincias ·s e con- sr,rva aún ... También la Universidad les dió una actuación; Valdel o- rnar volvió a hablar, escogiendo tema menos "espinoso " que el de Arequipa, 1sobre "la felicidad de sentirse joven", ob tenien- do gran éxito: -"¡Cuando se tiene veinte años!" ... , repe tía co- mo un "leitmotiv", el brazo extendido, la voz aguda y trému- la ... Fué muy aplaudido por todo:s. esos muchachos que com- partían el plaoer de sentirse jóvenes; pero en ese espíritu d e bro- ma, que tampoco los abandona nunca, repetían el es tribillo imitando la voz meliflua del compañero: -"¡Cuando se tiene veinte años!" ... La parte interesante e instructiva, por supuesto la más im - portante del viaje, fué visitar las ruinas incaicas, que dando impresionados al ver esos vestigios ya semi-destrozado s, pal- pando el crimen de lesa-civilización de los españoles, a l des- truir al gran Imperio de los Incas. Luego agradecidos se despidieron para emprender viaje a Puno término de la excursión.

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