Mi Manuel

- 420 - bir al poder. Además daba a conocer los detalles .del interro- gatorio del ordenanza del General Varela, que ningún perió- dico había publicado. rrodo el número era un vibrante grito de protesta, una recopilación de cargos contra Benavides: ine- ludibles , tangibles. Fué un bombazo que repercutió por todos los ámbitos del país. Pronto intervino la policía en recoger en los puestos de venta, todos los números de "La Lucha"; pero antes de repar- tirla en Lima, habíamos tomado la precaución de mandarla a provincias; allí circuló ampliamente y con toda libertad. Has- ta Isabel mi cuñada estuvo en la conspiración y a las cinco de la mañana fueron Alfredo y cuatro amigos suyos a llevarle centenares de números para que los repartiera. Toda la noche se la habían pasado los valientes y entusiastas muchachos en esa faena de esconder otros, en distintos lugares. Recuerdo que a las seis de esa misma mañana nos vinie- ron a avisar de que la policía continuaba sus pesquisas y fuí a la imprenta para salvar los últim0is1ejremplares. -"Ya vinie- ron temprano sus cuatro hijos a recogerlos", me dijo buena- mente una mujer. Me ·sonreí con pena de la equivocación en creer que fuesen mis hijos J orsé B. Goyburu, Raúl Rey y Lama, Rafael Loredo y Alfredo, Jos cuatro rubios en efecto. Pena tuv~ realmente no fuese ver.dad, al pensar la fuerza moral que ha- bría sido para Manuel, esos cuatro cerebros forjados en Bus mismos ideales. El Gobierno justamente alarmado había recolectado todos los números de "La Lucha" que estaban a la venta, muchos la buscaron en vano, llegando hasta pagar un sol por cada ejemplar. No se hablaba de otra cosa 1 en todo Lima; esa misma noche tenía lugar un banquete 1 en el Club Nacional, siendo "La Lucha" el tema de la conversación general. ·-"Yo, dij o un Coronel compañero de Benavides, lo único que haría, sería agarrar a González Prada a baldazos de agua, hasta quitarle el resuello!". . . Palabras textuales que nos fueron repetidas por varios testigos y oídas por ellos mismos. Es de esperar que no tuviesen la misma reacción en to- das las conciencias, las palabras de Manuel. La familia de la mujer de Benavides, los Benavides Oan- seco denunció como calumniante el artículo de "La Lucha" concerniente a la hipoteca de 40,000 soles de su casa en Mi-

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