Mi Manuel

- 405 - Al regreso, visitaron Guayaquil donde los estudiantes les ofrecieron una fiesta; parece que al volver a bordo el ligero balance del vapor, unido a los efectos del espumoso Champagne, los hacía ligeramente bambolear ... En fin, regresaron al Callao muy satisfechos y agradecidos al doctor Curletti de haberles proporcionado es-e placer, ya des- pertada fül ellos la ansia de desplegar otra vez las alas ... Al sobrevenir la muerte de Piérola a mediados de ese año, hubieron muchas demostraciones de duelo y aunque no se le decretó "nacional", algunos establecimientos públicos izaron su bandera a media asta. El mismo Leguía, queriendo dar prue- ba de "generoso olvido cristiano" fué con ostensible falsedad a la casa de Piérola. Por supuesto Manuel no hizo ninguna manifestación de duelo en la Biblioteca y no faltó quien se lo reprochara, recal- cando de que el mismo Le.guía había rendido homenaje al deHaparecido. Manuel muy secamente le contestó: -"Puede haber ido personalmente el señor Leguía; pero no siendo de- ereto oficial, no tengo yo por qué t.omar esa iniciativa". No supimos si se les pasó desapercibido a los pierolistas o si ya cansados de molestar a Manuel, optaron por callar, pero nadie protestó. Tristeza daba entrar al inmenso patio de la Biblioteca y a Manuel se l·e· ocurrió transformarlo en jardín. Sin recargar el gasto a la cuenta de la Biblioteca, Manuel hizo primero :sa- car las punteagudas piedras y luego traer carretadas de tierra vegetal. Varias semanas demoró el trabajo para quedar listo a recibir los árboles y plantas que fuímos a comprar a la huerta de don Luis. Faverio: laureles, rosaleH, emblemáticas cucardas rojas, jazmines, diamelas e higueras fueron simé- tricamente puestos en cada poza; luego formándoles borde de plantas pequeñas: geranios, claveles, pensamientos. Nada tardaron en crecer v volverse un alegre jardín. Nues- tro nuevo placer fué constat~r cada día sus progresos y aten- der a sus nece1sidades. No tardaron los gorriones y picaflores en venirlo a visitar completando ·el aspecto de vida del antes tétrico patio conventual.

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