Mi Manuel

- .383 - bra Abogado, .para ser intercalada a su diccionario, a lo que éste accedió gustoso. Lo triste- era que la s·eñora. de Terán se quejaba diariamen- ts de que su marido la sacrificara, al invertir todo su dinero en esa obra, siendo entre ellos continuo motivo de di 1 sgusto, te- niendo los esposos González de Prada que intervBnir a menudo para reconciliarlos . Hasta que murió el pobre Terán yendo su obra a manos de su albacea, joven abogado de 25 años, que se acababa de · recibir. Meses después, este mismo "joven abogado" publicaba como suya la obra de Terán con gran ·escándalo de todos los que presenciaron la extorsión y para más señas, reconocien- do en él su trabajo, don Francisco González de Prada. Por su- puesto ese diccionario fué la única obra de su vida, producién- dole mucho dinero y gozando aún de la gloria que le valieron los laureles ajenos. Un día, en mucho secreto me contó Isabel haber librado a. Manuel "de una buena" al quererlo excomulgar el Arzobi1spo, redimiéndolo con una fuerte limosna. Por lo visto pensé, el di- nero tiene mucha influencia sobre las "almas santas", a unos haciéndolos contradecirse, a otros perdonar las faltas hasta co- metidas por otros. En r ealidad, poco nos habría importado la excomunión del señor Arzobispo, pero nos, preguntamos ¿qué cantidad' sa- Lría el mañosísimo Monseñor hacer caer en su bolsa, de,svián- dola de la talega limosnera de los frailes descalzos? En provincias eran ya numerosos los periódicos indep~:n­ dientes, nacidos al .calor de la propaganda hecha por Manuel, animándolo1s a despertar de ese sueño en que vivían desde tan- tos años: "La Razón" en Truj illo, sostenida y apadrinada por don Rafae1 La.reo Herrera. En Arequipa "El Ariete" dirigido por F. Mostajo y Lino Urquieta, teniendo que sufrir las terri- bles represa.lías del clero fuerte e hiriente en ese medio de fa - ma conservadora. A Urauieta lo ridiculizaban llamándolo el "Arlequín arequipeño", p~r su extraño modo de vestir, algo ra- ro en verdad, como lo veíamos pasar en Lima mismo; de pe- queña estatura, con sus panta.lone's' muy cortos como para pa- sar el río, su chalec0i rojo de terciopelo floreado y su gran ca- dena de oro, bamboleándole· en el vientre; .sus corbatas v.erdes o azules completando es.a rara figura.

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