Mi Manuel

- 368 - algunos atribuyeron a Manuel y para mayor vergüenza de esos finos catadores de estilo, confundiéndolo con lo escrito por un chico de 15 años. También habían muchos envidiosos entr·e los amigos del "Viejo Paria" como él mi 1 smo se titulaba y no tardaron en mortificarlo y asustarlo. Cada vez que llegaba a casa trayen- do las pruebas para corregir, su estribillo era repetir: -"Hay que dales duro don Manuel". . . . hasta que en un artículo Ma- nuel "le dió duro" al Ministro Rafael Villanueva, que había cometido un nuevo abuso. Salió el número y pasaron los días sin que la acostumbrada gruesa figura de don Pablo 1se aso- mara por la puerta. Pensamos que estuviera enfermo y Manuel le ;encargó a Al- fredo fuese a informarse de él, sabiendo que vivía en la calle de la Peña Horadada. Alfredo tocó varias veces a la puerta de su cuarto, sin que nadie contestara, hasta que alzó la voz: _ "Don Pablo, soy yo, Alfredo. . . entonces contestó don Pablo a través de la puerta, pareciendo muy furioso: -"¡Buena me la ha hecho tu padre!, me han dicho mi1S 1 :amigos que me quiere tomar preso el Gobierno, por eso no salgo". . . -"¿Oree Ud. que mi padre lo dejaría llevar sin decir 1ser él, el autor?, con- testó Alfredo ya con cólera contra el viejo imbécil y cobarde, retirándose, viniéndonoslo a contar. No volvió Astete a casa, le entr·egó de nuevo la redacción de su periódico a su amigo A. Baldassari, ·según no:s. dijeron y cuando nos encontraba por la calle, ni siquiera un saludo le merecíamos; sin saber si fuese de vergüenza por ISU mal pro- ceder o de rabia reconcentrada. Así tontamente terminó la sana labor de los "Parias" que durante cinco años dirigió Manuel para despertar a tantas ador- meciaas conciencias. Sabido es que muchas personas tiernm su manera de cu- rarse, 1 entre otro.s el sistema Kune del profesor alemán, aprecia- do y 1seguido por muchos en el Perú: !duchas parciales, baños de sol y alimentación más o menos frugal. Este es el caso de recordar otra vez a nuestro amigo don P. Pablo Astete que también tenía su teoría personal y solía re- petir:- "De pura bruta que es la gente, no se sabe curar ... teniendo en nuestro propio cuerpo todo lo necesario: la cerilla de nuestros oídos para el dolor de muelas; una media bien su-

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