Mi Manuel

- 365 - Cuando después le hice notar el contrasentido de esa completa divergencia de deducciones sobre! el mismo tema, Manuel se contentó con sonreir enigmáticamente, sin contes- tar a mi pregunta. Entre los1 amigos que nos visitaban sin padecer "retira- das intermitentes" aunque tampoco venían a diario por sus absorbentes ocupaciones, contábamos a Glicerio Tas.sara due- ño y director de "La Idea Libre" y a Francisco A. Loayza fun- dador de "Fray K. B. Zón". Ambos habían sido condiscípulos en el colegio de Guadalupe y en ese tiempo, entre los dos fun- dado un periodiquillo "El Microbio", librando allí sus primi- tiva1s batallas y cosechando sus primeros laureles. Muy apre- cia.do y leído por sus compañeros, despertó en ellos dos, desde entonces la decidida vocación de periodista que había de ser la de toda su vida. En las diminutas columnas del "Mic~obio" tuvieron a ga- la lucir esos primeros entusiasmos, esas ideas ide justicia y franca libertad que brotan ·espontáneas .en los corazones ju- veniles, aun no maleados por las malas pasiones. Allí publi- caron quejas contra profesores abusivos, reclamos justicie- ros y hasta una anécdota que tuvo el doble mérito de ser ver- dadera y divertida. En aquellos tiempos, todavía levantaba entusiasmos el res- cate de Tacna y Arica y para reunir fondos, el Colegio de Gua- dalupe apadrinó una corrida de toros; algo extraño es·e con- tubernio juvenil !de crueldad y patriotismo: pura herencia es- pañola como tanto malo que les debemos. Rebozante de público, realzada con la presencia del Pre- sidente de la República Cáceres, la Plaza de Toros ofrecía el típico aspecto de los1días de "Corridas de Beneficio". Sin fal- tar un solo guadalupano, su cuerpo de profesores encabezado por su propio Director el doctor Sebastián Lorente, alternaban los aplausos con los vivas al Perú, coreados por toda la concu- rrencia. Pero llegó un momento de fría expectativa: un toro manso pedía regresar al corral y el mismo "matador" rehusa- ba degollar al carneril corrnípedo. De repente, desde las fila.s de los guadalupanos reunidos en grupo una voz chillona Y juve- nil gritó: -"¡Que lo mate "Huevo duro!" ... y todos los mu- chachos corearon ·entusiastas "¡que lo mate "Huevo duro!"· · · uniéndoseles pronto todo el público que a una voz y en conti-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx