Mi Manuel

- 352 - nel Seminario para candidato presidencial de los tres partidos reunidos. Luego re:solvieron hacer una jira por toda la República: Seminarj o iría al Norte, Durand al Centro y Manuel al Sur a hacer propaganda a favor de la "triple alianza". Pero Manuel dió por terminada su labor junto a la Unión Nacional y se alejó completamente de ellos, contentándose en seguir solo, su propaganda escrita. Después de discutir entre ellos como realizarían su jira por provincias, resolvieron empezar por recolectar fondos: pero una . vez reunidos se les presentó otro grave problema ' ¡.quién les: guardaría ese dinero?, pues ninguno tenía fe en el otro; entonces una comisión encabezada por Wenceslao Vale- ra se presentó ante Manuel a pedirle que fuese el depositario. Por nada quiso Manuel aceptar esa responsabilidad, dándoles por razón no estar ligado a ninguno de ellos. Luego al seguir conversando, Manuel leis 1 preguntó si estaban seguros de que Seminario al triunfar, los dejaría imponer las reformas que pensaban realizar. -"No nos estorbará mucho tiempo 1 'Gato muerto", como le decían de apodo a Seminario, será fácil que una bala perdida le llegue por la espalda, cuando seamos due- ños de la situación" ... , contestaron cínicamente risueños. -"¡Buenos aliados!, así pensarían librarse de mí des- pués" ... , me dij o Manuel al estar solos, palpando la mala fe de esos "soit-disant" nuevos partidos de "Ideas" que proyecta- ban culminar sus triunfos con su alevoso crimen contra su propio j.efe y aliado. De veras pensé, de que, buena nos habíamos librado al terminar a.sí los planes políticos de tan leales amigos, sintién- dome feliz en el rinconcito de mi hogar, al lado de Manuel, solos y tranquilos. Por supueisto triunfó el Partido Civil con José Pardo y to- das esas efímeras alianzas de momentánea conv·eniencia se di- solvieron, quedando en nada esos proyectos y más o menos ... buenas intenciones. Continuando nuestros paseos con Alfredito en sus días de asueto escolar, escogimos una tarde para ir a "La Herradura", linda playa de arena, poco concurrida en esos meses de invier- no. Allí sentados en unas rocas Manuel y yo contemplábamos el tranquilo horizonte, en contraste con las amenazantes y es-

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx