Mi Manuel

- 334 - cado cuando ·eran demócratas y ahora sin más ideales que los del mismo Piérola. Muy tempestuosa fué aquella noche la sesión de la Unión Nacional que tuvo lugar como siempre en la ventana de reja de casa. En ella se presentó el proyecto de alianza con el Partido Liberal y por primera vez desde muchos años, estuvo Secada de acuerdo en votar con Gamarra. Terminada la sesión e idos todos · los demás, regresó Ma- nuel a la sala, acompañado de Secada furioso y violento, re- pitiendo sin cesar: -"¡Pero conste que ganaron por solo un voto, el de "Espanta bur ros!" ... y con más acaloramiento di- rigi éndose a mi, me enteró de que no había sido aprobada la alianza con ·el Partido Liberal, "¡Sólo por el voto de Carlos Bae- lla !" y el e nuevo se ensañaba contra el honrado muchacho que inocentemente los había derrotado, repitiendo el apodo .puesto por él mismo, sin ver su propia figura de verdadero "espantajo", con los ojos saltones, en el paroxismo de su rabia. Algún rato tuvo que descansar para calmar sus nervios excitados; Secada era un impulsivo y le sobrevenía un gran decaimiento después de sus accesos de cólera. Al fin se retiró; nunca más lo volvimos a ver. Pero, no se dieron por vencidos los señores del Comité y valiéndo:se de pretextos y subterfugios indignos, a escondidas de Manuel, sin darle aviso, se reunieron en casa de Leoncio Mora y por unanimidad aprobaron su alianza con iel Partido Liberal. Los Comités de provincias ni fueron consultados y Manuel no tuvo más que callar, sin darse por aludido de la doble trai- ción, esperando la ocasión de separarse del Partido que bien pensó, no tardaría en presentarse. l\fientras sucedían esas cosas feas por parte de los que en un tiempo aclamaban a Manuel como a "su Jefe", él olvi- dando los sinsabores de esa política rastrera, continuaba feliz alternando entre los paseos y los estudios de Alfredo, que a las once Manuel iba a recoger a la calle de Pando, regresando los .dos siempre fraternalmente de la mano.

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