Mi Manuel

- 325 - el día de año nuevo a cada amigo que nos vino a felicitar, le obsequió su nombre impreso en una fina cartulina. P.ero bien pronto le resultó monótono al muchacho, sólo imprimir tarje·- tas y quiso ampliar sus labores tipográficas. Busqué en las tiendas de Utiles de Escritorio y le compré una pequeña "fun- dición" con sus diferentes clases de letras. Luego guíado por Manuel y aprovechando cajas de cigarros les formó casilleros para distribuir los tipos según la costumbre para su respecti- vo uso. Ya todo bien organizado, procedió a cajear y a im- primir su primer trabajo: un soneto, que Manuel le "fabricó ex-profeso". Oliendo a llama viene de Arequipa, Seguido de un enano contrahecho Y en ·saludar a tuerto y a derecho Engrasa el tarro, se abochorna y jipa. Aunque el agua de Lourdes beba ·en pipa Y cargue dos detentes en el pecho, El sabe proveer a su provecho, Coger la mosca y rellenar la tripa. Ciñe la banda sin dejar la estola, Y las agallas tiene de Loyola Injertas en la piel de Bertoldino. El hará que bendiga el ciudadano La serie de bribones a lo humano, Porque será bribón a lo divino. Era de plena actualidad, mordaz y maligno contra el pre- sidente Romaña, que recién había asumido el poder, pocos me- .ses antes. Fué todo un éxito ese "primer trabajo" que con gran es- mero imprimió Alfredito; no sé a cuantos eentenares de ejem- plares ascendió el tiraj e del soneto, que pronto se hizo céle- bre entre nuestros amigos, muchos repitiéndolo de memoria. Era muy impopular este s-eñor Eduardo L. de Romaña ar,equipeño y pariente político de Manuel, impuesto por Pié- rola. Beato y tacaño había venido a Lima con su secretario un

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