Mi Manuel
III SALIDA DE PARIS Estas dos muertes consecutivas que destruyeron su hogar, impresionaron profundamente a mi padre, apoderándose de él un decaimiento nervioso que antiguamente llamaban "spleen" y ahora neurastenia. Sin atacarle francamente ningún órgano esencial, decaía su energía en una indiferencia a la vida, que el médico pensó deberle combatir. En él era cuanto más grave, que siendo ya enfermo, podía fácilmente sobrevenirle un nuevo ataque de paráli,sis, del que preveía toda la gravedad. El médico en vista de esas razones, le aconsejó emprendiese un viaje por mar, siquiera por un par de meses. Antes de que muriese mi mamá, mi hermano se había gra- duado de "bachelié es lettres" preparándose a pasar sus exáme- nes "es sciences", grados indispensables en Francia, para se- guir estudios especiales en cualquier facultad. Mi papá lo presionaba mucho para que ,siguiese la carrera de medicina, pero mi hermano estaba pasando· por una crisis moral que él sólo podía resolver: si seguir sus estudios o regre- sar al Seminario para hacerse sacerdote. Muy apenado por la muerte de nuestra madre, a la que en el fondo de .su conciencia, podía reprocharse haber contribuído; acon sejado por sus antiguos profesores del Seminario, que te- nían gran interés por atraérselo: fluctuaba sin decidirse. Además, la fiebre tifoidea había dejado profundas huellas en su organismo, fenómenos muy conocidos de los médicos: pérdida de la memoria y dificultad de expresión, que tardan a veces años en desaparecer. De manera que nuestro hogar an- tes tan feliz, estaba en pleno desequilibrio.
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