Mi Manuel

- 274 - Por otros lados se oían desapacibles voces acompañadas por guitarras, sobre las que reinaban como amos el vino y el aguardiente, haciendo presentir sus resultados. En todo su apogeo estaba la fiesta de la "Verbena de San Isidro", dominando ·en ella el desagradable olor a aceite ca- liente que hervía en grandes pailas para freír los famosos "chu- rros", "fruta de sartén", como los llama el Diccionario de la Heal Academia. Todo nos recordaba la "Noche Buena" de Lima.: farolitos, pitos, cantos y risas reunidos en una estridente algarabía, en idénticas reacciones nuestro pueblo como el de España. No nos pesaba haber venido; pero nos retiramos temprn- no, antes que la borrachera fuera general y degenerara en plei- tos o escenas opuestas. A pesar de todo lo que digo anteriormente, me remorde- ría la conciencia si dejara persistir la impresión de que los es- pañoles son borrachos. Me ha parecido el pueblo más sobrio; donde meno.si se come y es el agua la bebida principal. No .sucede así en Francia, donde siempre se toma vino en las comidas mezclado con agua la más veces, pero jamás sola, ni el más pobre. Es hasta denigrante pues dice el refrán: "Les buveurs d'ea.u sont mauvais coucheurs", que traduciré por "los bebedores de agúa son camorristasn. En Francia toman limo- nadas, naranj actas, con jarabes hacen toda clase de refrescos acuosos, pero nunca agua sola, considerándolo nocivo para ]a salud. En España el "botijo" reina en el hogar, es el utensilio imprescindible en casa de rjcos y pobres. De barro blanco muy poroso, en continua evaporación, mantiene su contenido en perpetua frescura, .sin necesidad de recurrir al hielo del que tanto abusan en otros países. Con un pico por donde hacen "chorrear" el agua desde lo alto, nunca lo llevan a los labio.s, siendo un arte genuinamen- te español, recibir el chorro en la garganta sin perder una so- la gota. Ya yo no traté de usarlo después de haberme empapado la cara y el pecho, apeándome sencillamente a seguir tomando agua en vaso, como lo había hecho toda mi vida.