Mi Manuel

- 141- cerca de él. Cinco meses seguimos allí, hasta que fué preciso re- gresar a Lima, haciéndose imposible quedar en el invierno con ese viento frío y húmedo que nos llegaba directamente del mar. Con cierta pena dejamos estos lugares donde habíamos si- do felices; consolándonos sin embargo la seguridad de seguirlo siendo en todas partes, puesto que llevábamos el tesoro en nues- tro corazón.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx