El índigena y los congresos Panamericanos

. EL INDICENA Y LOS CONGRESOS PANAMERICANOS 41 co, Ecuador y Centro América hay una gran cantidad de indígenas ..que por su situación especial no han sido m – cluídos de un modo firme en el aservo de la ciudadanía. ¡ Ay de aquel Congreso Indigenista si va por ,el camino de la política ~ue persigue el objeto de eradicqr los ras– gos típicos de una población nata dominada por invaso– res! No es fa diferencia del modo de s,er que ha impe– dido que el indígena peruano, y otros pueblos en igual condición en otras partes del mundo, queden incluíc;los en las ciudadanías creadas por la conquista y consolida– das por una ,existencia de siglos, sino que lo es la mal– dad, la persecución, la tiranía con que se trata a esos pueblos que no tienen por qué abdicar de su naturaleza y de su desenvolvimiento propio. El editorialista tacha a los citados indígenas de "no contribuir como debieran a los esfuerzqs de la masa común .., los tacha de retra– sados. Y son esos retrasados que dan a la ciudad el tri– go para el pan y la lana para el vestido. Son esos re– trasados los que saben vivir sin costar millones al Es– tado, millones que algún día ya no los habrá, porque los no retrasados no trabajan como el indio. La diversidad es sabia ley divina; la uniformidad es torpe ley humana. Los moder1;1os teoristas pretenden que sean uniformes las condiciones pecuniarias, que sea unifor,me, sin clases, la sociedad, que sea única la raza, único el idioma en un país Este ideal falso, que impide la unificación verdadera de una col.ectividad, es la antor– cha que prende guerr~ s. tales como las cuyo recuerdo tiembla todavía en la estructura de la catedral de Metz.

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