El índigena y los congresos Panamericanos

EL INDIGENA Y LOS CONGRESOS PANAMERICANOS 37 invadieron durante las convulsiones de la Guerra del 1914, persiguiendo el fin de tener una raza patriótica homogénia, hay en el Perú no pocos dirigentes que de bu,ena gana echarían afuera la raza aborigen. ¡ Insanos ellos "que pretenden herir al Perú en su espina• dorsal 1 La población costeña d,e nuestra República es como la de los Estados Unidos, de sangre heterogénea sin soli– dez patriótica. El indio es el único que ama la tierra, aún cuando permanezca todavia en una condición tan aban– donada que no sepa de nacionalidad. El amor del nati– vo a su t~erra es en todas partes del ,mundo la raíz de las naciones que no permite que los vendabales arran– quen el árbol, joven o viejo, que está expuesto a los ai– res, Sin tal raíz, el árbol se ca.e en la primera oportuni– dad, y los leñadores hacen combustible de él. Faltando el respaldo de la población indígena, pegada a su tierra propia, pronto andaríamos los peruanos como el judío errante. Por eso, debemos robustecer y no debilitar con in– consultas medidas, la posición de la raza indígena. Me– didas inconsultas aquellas que en el indígena no recono– cen el dueño de casa e intentan subordinarlo a los colo– nizadores. Juicio errado aqu,el que presume que un due– ño de casa pobre no sea tan intitulado a · ejercer sobe– ranía como un dueño de casa rico. La Compañía Minera del Cerro de Paseo se esta– bleció ,en el Perú en 1901 . Vino a un medio nuevo que no conocía y preparada a proceder con toda la corree-

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