El índigena y los congresos Panamericanos
24 DORA MAYER DE ZULEN La carta aludida califica a la raza judía de ..sepa– rada absolutamente de todo sentimentalismo'', pero sí, "alerta de mentalidad" para la compenetración explota– dora de los diversos medios sociales donde nota que "la prosperidad levanta". Creo d~ mi parte que el judío no está separado de todo sentimentaliS!mo, siendo necesario ver si car,ece de sentimentalismo entre su propia gente y aún frente a clases pobres a las cuales p~ensa rescatar, aunque se muestre inexorable ante sus enemigos jurados. Verdad quizá es que al judío le gusta trabajar en medios fáciles, donde la prosperidad l,evanta, ' pero_esto puede ser con– secuencia de que únicamente ha podido surgir en ,:n~– dios urbanos, por negársele en los países ~n que se al– bergaba cualquie,r derecho a la posesión de tierras. 1 Citaré de la carta el párrafo siguiente: "Tenemos un ej,emplo de la influencia maléfica del judío en Estados Unidos, en donde paso a paso los hom– bres de esta raza han usurpado lo netamente norte ame– r.icano, esbozando la superficialidad de un progreso ma– terial, con un b,eneficio económico ú.nicamente para su colej:tÍvismo inmenso, derrumbando las instituciones mo– rales y el puritanismo el.e la familia norte a,tnericana, es– tableciendo un ·prurito yanqui-judío económico, traduci– do finalmente en un imperialismo que aprisiona y opri– 'me nuestros pueblos suramericanos". Objeto a tan cruda denuncia hecha con el afán tan común en el hombre d,e descargar culpas y responsabili-
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