El índigena y los congresos Panamericanos

. 20 DORA MAYER DE ZULEN sistenté ál caciquismo. A la vista está que) el nazismo ha vindicado la dignidad nacional de· Alemania - ¿ pero el nazism;, aquí? El momento psicológico es otro, y la forma romana o berlinesa del fascismo degeneraría en– tre nosotros más inmediatamente qu.e en Europa en un despotismo grotesco. En cierto sentido, el mundo pertenece ' al };i.ombre más activo. Sin embargo no hay que exagerar el méri– to el.el principio dinámico. La estática y la dinámica cuen– tan en el número de esas antítesis que son necesarias en la estructura del universo; son de esas antítesis como el día y la noche, la luz y la sombra, el calor y ,el f-río, la juventud ,y la vejei. La po_blación campesina será siem– pre estática en comparación con la población urbana, y considerando que en d.eterminados casos la condición es– tática asume casi el asp,ecto de un carácter permanente, ya no se ·la puede calificar como signo de atraso, sino que debe apreciársela como marca de diferencia. La es– tática llena un objeto en la vida de la hu,manidad ~i un ápic.e menos útil que el dinamismo. ¿ Qu~ fuera de los países sin campesinos tranquilos, perseverantes, sufridos y pacientes? En este último punto se ve lo desacertado del in– tento de vaciar la substancia moral de una raza de p,er– sonalidad tan propia como la indígena del Perú en moldes extranjeros. El marxismo, por ejemplo, doctrina a base de un mero cálculo económico, se opone a las dulc.es sugestiones· de la naturaleza primordial. El misticismo rural, aunque .infantil y supersticioso, aunque adulterado

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