El índigena y los congresos Panamericanos

EL INDIGENA Y LOS CONGRESOS PANAMERICANOS 17 perjudica y lo tiraniza. Es justamente el bajo pueblo que sufre a raíz ele las derrotas patrias. La v~ntaja q~e deri– va el bajo pueblo de victorias patrias es a su vez dudo– so, ya que casi desde el principio de la época civiliza– da las guerras son asunto del alto comercio. El odio pro– fundo hacia la estirpe ,española que ar,aiga en el aLma del indio de nuestra Sierra no viene de textos escolares ni de propagandas de fuera, sino simplem.ente de una funesta experiencia propia. Los Libertadores no logra– ron con sus declaraciones y decretos generosos hac,er más por la Ra;a Autóctona · que los Reyes de España. • Ahora, los agitadores marxistas inflaman ese viejo odio de una manera peligrosa, tratándos,e de masas que solo saben desatarse en cortos espasmos de ira. Por el otro. lado, en los pueblos fuertes un autopanegírico es– candaloso, derramado ,en la literatura y la oratoria, in– 'fatua a la gente, haciénd¡,le concebir la obsesión imperia– lista. por creerse única en grandes cualidades. Esta es la labor social que se hac,e, y que provoca guerras continuas - por supuesto, a fuerza de su espí– ritu destemplado y su lenguaje descompasado. _Rinden testimonio los personeros indígenas de di– versas comarcas del Perú, de que los recientes movimien– tos socialistas han producido adelanto en la condición de los pobladores. No desmentiré tal afirmación. P,ero apun– to que aquel adelanto, debido a un impulso propagan– dista dado a ciertas colectividdesa in~rtes, s,e ha opera– do sin que los partidos revolucionarios hayan verificado su objeto de captar el poder, y que desde luego, ,el régi-

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