El índigena y los congresos Panamericanos
14 DORA MAYER DE ZULEN dad de Antofagasta. F ué en el año 1868. Esa reg1on de desiertos salitreros, se hallaba en poder de .Bolivia, ha– ºbiéndose descuidado Chile en 1823 de hac,er valer sus derechos legales a una línea de frontera norte en la re- gión de Mejillones. En 1 84 3 s,e celebró un tratado, de– clarando propiedad común de ambas repúblicas, Boli– via y Chile, el territorio en cl)estión, acordándose por 'consiguiente que los tributos cobrables correspondies,en e n partes iguales ; ambas naciones. Con el descubrimiento del salitre cobró repentina– mente int;erés dicha zona árida y poco habitada. Los chi– lenos continuaron explotando la región, con sus minas de cobre\ y plata además del salitre; construyeron ca– minos y caseríos y comenzaron el trazo del ferrocarril que recorre ,en la actualidad 954 kilómetros uniendo An– tofagasta con Bolivia y que costó I O millones de libras. En un tratado de 1872, Bolivia prometió no ~mponer c o ntribuciones a las industrias chilenas, consintiendo Chi– le en cambio que haga valer su autoridad sobre el te– rritorio. Los industriales salitreros peruanos disgustados con la competencia establecida con relación al monopo– lio del artículo de que habían gozado con pingües lu– cros, desearon adquirir por compra el salitre que se ha– llaba en manos de los chilenos. No accediendo éstos a sus proposiciones, el Gobierno del" Perú obtuvo median– te un Tratado Secreto el consentimiento de Bolivia de gravar con impuestos ,el producto de los yacimientos y minas chilenas. De estos orígenes procede la guerra del 1879. i
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