El índigena y los congresos Panamericanos

EL INDIGENA Y LOS CONGRESOS PANAMERICANOS 9 En el candente momento de crisis actual y mundial es un error mirar atrás, como lo hiciera la Mujer de Lot al huir de la catástrofe de Sodoma y Gomorra. El mo– mento pide otra cosa que citas de González Prada y ho– menajes a Bolívar y Castilla, que pertenecen a constela– ciones que la rotación planetaria está hundiendo bajo el horizonte. La raza suramericana es tan nueva en política inde– pendiente que no acierta a salirse d.el estrecho marco de la política casera. Nos atacamos incesantemente entre "'– nosotros mismos, sin revelar la menor visión universal. Mientras qu,e discuti.mos sobre el punto de los prover– biales podencos y lebreles, mientras que vociferamos de un lado o de otro contra civilistas o marxistas, aquellos pueblos que creemos amigos o neutrales anotan el pe– so liviano de nuestra reflexión y disponen según su su– perior inteligencia de nuestras riquezas, nu,estras. qportu– nidades, nu,estros re~ursos de cualquier orden, y de nues– tro porvenir. Nunca me invite Ud. a una acción de partido que no s.ea patrióticcr en el sentido de contemplar la posi– ción del Perú hacia e l exterior, sin entrar en estériles re– crimi11aciones mutuas entre los hijos de la misma patria. Si Ud. no está de acuerdo con el gobierno actual, Ud. es civilista en contra de una dictadura militar. Si está de parte de este gobierno, que se parece bastante al de Leguía, no puede Ud. protestar contra la o ligarquía plu– tocrática que hubiera antes d,e l os años en que se pudie– ra poner sencillamente los vocablos petróleo y minas en

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