Playas de vidas: novelas cortas

. { 262 ' Rosa ArCinie ... a· ( b bién. (Laura quisiera confesar a Victoria su secreto. Vic- toria, declarar el suyo a Laura). La fiesta. . . . Farolillos de colore.s. Música. Licor. Y parejas. . . . Tibieza enervante en el aire. · Perfumes: Risas de juventud. Y, flotando por encima de todo esto, un vago efluvio de amor. Clandestinamente hace irrupción en la fiesta el des- ,conocido. Victoria, retenida por las atenciones de la due- ña de casa, no lo ha visto. Laura, vivaz, aprovec!ha es- te descuido para dejarse aibordar. Bajo la sombra· de una pérgola conectan el balbuceo de sus primeras pala- bras.... --Díígame su nomhre. . Se lo rueigo. -Laura. ¿ Y el suyo? -Jorge. La amo a usted, Laura. Te amo. ¡Te adoro! Mi vida es tuya desde hoy. Dime que.... --Váyase, por favor. --No. Imposible. ---Podría vernos mi hermana y sería fatal. -iLaura! (Frenéticamente besa su mano. Ella sien- te el vértigo de un dul 1 ce desmayo). -No, Jórge, no. Miá.rchese. -Te quiero, Laura. --Por favor. Espere mañana junto a la verja. ---Pero dime que tu también me quieres. -Mañana. . . , maiiana. Jorge -Ya conocemos el nombre del p:ersonaje in- trus0- sale. Laura, tambaleante, vuelve al centro de la

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