La Perricholi, t. 2

·1 L A PERRICHOLI 53 do oír lo que dicen. El viejo se ríe ... ¿Padre? ¡Le ha di- cho padre! ¿Qué . misterio es e.ste? ¿Qué haré?... ¡Ah! ¡ Esto es traición de Verónica!... * * * MANUELITO.-¿ Podría hacer algo por vos, pa-· dre? Al\1AT.-¿ Qué vas a hacer?... ¿Qué vas a hacer·, hi- jo? Y a es tarde ... me resta poco de vida. Que termine todo así. .. Doy gracias a Dios que me ha permitido ver- te... Isabel... ¿Sabe? . MANUELlTO.-, No, ella ignora que he venido a veros. ' AM 1 A T.-Vete... vete .... no vaya a venir ... Vete. MANUELITO.-Sí, me voy, padre; 1 dadme vues• tra bendición. AMAT.-Dios te bendiga, hijo mío, en 'el nombre del padre, del 'hijo y del espíritu santo. MANUELITO.-Gra'cias, padre mío. Quizá no pueda venir otra vez. AMAT.-Ven... ven... .siempre. Tendré mucho gus- to. l\1ANUELITO.-Que Dios os guarde, padre mío. (Pasos de Manuelito._ - Suspira). j Pobre viejo!.. . ¡Po- bre viejo!. .. ¡Qué .triste término! ¡Después de una car.re- . ra gloriosa; de ganar batallas y gobernar pueblos, la im- potencia, la decrepitud! 1 * * * . ISABEL.-¡ Oh!... ¿Quién sois?... ¿cómo habéis en- trado aquí? MANUELITO.--¡ Ah!... Señora... perdonad... no soy un ladrón... ISABEL.-¿ Y por q ué moti vo os encontráis· en mi 1 casa .y en la alcoba de mi espo.s o, a estas horas de la no· che? - - ... ... .p• .t. / J

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx