La Perricholi, t. 2

MAR l A ·1. · ALVAllADO ECHARRI.-Re.sígnate, mi amor, es natural; has""'. tan te la has gozado... MICAELA.-Quizá por eso, porque he vivido tantos años con ella, lo sien to más. ECHARRI.-Yo perdí a. lá mía muy pronto... Eso es muy doloroso. / MICAELA.-Tú sabes, Vicente, que he quer~do a mi madre sobre todo... Sobre todo... MONICA.-Mi amita... os llama mi ama doña Te- resa. ECHARRI.-Serénate... Que no comprenda tu do- lor. MICAELA.-¡ Dios mío, dame valor! MONICA.-Mi amo Vicente, ¡qué pena!... Dios lla• ma a mi amita... ECHARRI.-Esa es la ley, negra, esa e.s la ley de la naturaleza: hoy ella; mañana yo; después Miquita... tú y todos los que· nacemos. Es la ley, negra, la ley que no se deja burlar como las leyes de los hombres. MONICA.-Sí, mi amo, es la ley; pero a mí no me gusta. MICAELA.-Madre mía, aquí me ten~is ... DOÑA TERESA.-Ya es la hora... Sólo 'espero los Santos Sacramentos ... Manuelito... lVIanuelito... Me voy sin verle>... hija no dejes de velar por su alma... por su sal- vación... para reunirnos todos allá... Tu marido... que ven- ga. · , MICAELA.-Vicente, ven. ECHARRI.-Aquí estoy. DOÑA TERESA.-Así juntos ... hasta la muerte, hi- jos míos ... No os separéis ... Benditos seáis ... Bendito sea Manuelito.... <UN SUSPIRO>. MICAELA.- · Madre... madre mía... CMUSICA ADECUADA. UNOS DOS MINUTOS).

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