La Perricholi, t. 2

L A PERRICHOLI 43 ~-------------- - --- --·---- ......... .,-- ----- VERONICA.-Ven, Domingo... acá ... entra. Que no nos vean los criados que hablamos. · DOMINGO.-¿ Qué misterio es este? VERONICA.-Necesito tu consejo, tu ayuda, Do· mmgo. DOMINGO.-Ya sabes que siempre has ténido una y otra, y que en más de una ocasión te salvé de trances difíciles. , VERONICA.-Ahora me veo en el más difícil de todos. DONIINGO.-Dí, mujer, nó más. Sabes que no soy un pericote que s·e ahoga en un vaso de .ag-ua. VERONICA.-Es el caso que un descoliocido quie- re entrar esta noche en la casa, por la puertecilla del la- do... · DOJVIINGO.-¡ Voto a Belcebú!. .. Para ese cuento, tanto misterio. VERONICA.-Es que ... ¿cómo te diré? ... no es por io que crees ... no es por mi palmito. DOMINGO.-'-¿ Qué no es por tu palrnito ?, pues tampoco será por el mío ... ¿Por qué es, entonces? VERONICA.-Por e.so es que necesito tu ayuda. Estarás cerca, con tu puñal, cuando él entre. DOMI.NGO.-Pero ¿qué ehredo es est.~? Desern.• bucha todo, mujer. l VERON ICA.-No sé más que tú, sino es que he vis- to al hombre. • DOMINGO.-¿Y cómo es él? VERONICA.-1VIuy joven... elegante ... apuesto ... DOlVIJNGO.-¿ Eh? Déjame de cuentos ... ese lo que quiere ... bien lo sabes tú ... gazmoña... VERONICA.-Os juro que no me ha dicho de eso... No sé .si una vez adentro se declare. Pero, por lo que me ofrece, creo que no es un felón. En fin ... , no olvides tu puñal. .. y quédate en la galería del comedor.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx