La Perricholi, t. 2

L A PERRICHOLI DOMINGÓ.-No soy sordo. De aquí no más os es- cucho. Decid vuestro nombre. MANUELITO.-Me llamo_Manuel Amat. y Ville· gas. DOMINGO (Ríe sarcásticamente).-¿ Con que Ma- nuel Amat? ¿Eh? El cuento es viejo y estoy cansado de oirlo... Id con él donde otro más bisoño. Que Dios os guíe_. - MANDE.LITO.-¿ Qué .decís? DOMINGO.-¿.Sois sordo? ¿Queréis que os lo re- pita? Aquí no se recibe a bastardos, ni verdaderos n,i postizos. <RUIDO DE LA VENTANILLA CERRADA VIOLENTAMENTE). MANUELITO.-¡ Canalla! ¡Si lo tuviese a mi al- cance! ¡Bastardo me ha llamado! ¡Miserable! CAPITAN BAUSA.-¿ -Qué deseabáis, caballero? MANUELITO.-¿ Para qué me preguntáis? ¿Quién . • ? .SOIS. CAPITAN BAUSA.-Soy un pobre viejo, como veis, peró quizá pueda serviros... He visto que llamabais al palacio del general Amat, y que no os recibían. MANUELITO.-¿ Y qué podríais hacer vos? ¿Sois de la servídumbre? CAPITAN BAUSA.-Pobremente visto; empero, soy noble de España. MANUELITO.-Perdonad. CAPITAN BAUSA.-El hábito no hace al monJe, caballero. MANUELITO.-En mi tierra, en el Perú, decimos: "Vístete como te llamas, o llámate como te vistes". CAPITAN BAUSA (Ríe) .-Está bien; es'tá bien..·. Tienen agudeza en vuestra tierra. MANUELITO.-Somos hijos de España. CAPITAN BAUSA.-¡ Victoria por el peruano!... Pero... perdonad... poneos así. .. que os vea de perfil... ¡Qué parecido sois a don Manuel Amat, en sus mocedades! MANUELITO.-¿ Me encontráis sem·ejanza?

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