La Perricholi, t. 2

L A PERRICHOLI 2-~ MICAELA.-¡ Qué bueno eres, Vicente! Eso me lo dices por tranquilizarme... ¿No te enojas si hago una co- sa? · ECHARRI.-¿ Qué cosa es esa? MICAELA.-Ir a verlo. ECHARRI.-¿ Vas a levantarte ahora? Puedes co- ger un catarro... Iré yo, para que te tranquilices. MICAELA.-No, Vicente, déjame cumplir mi de- ber de madre. Voy. (RUIDO DE UNA PUERTA>. ECHARRI.-Vaya con el galopín, que no le deja un momento de sosiego a la madre. ¡Hijo de cabeza gran- de, como dice doña Teresa! (BOSTEZA>. MICAELA.-¡Ah, qué alivio! No se ha escapado esta noche ... duerme tranquilo. ¡Virgen del Carmen, da· le tu gracia! lnfúndele voluntad para que refrene sus pasiones y sea hombre honesto. (Suspiro de alivio). Me voy tranquila. Pero. ¿Qué? No está en la silla su ropa. ¡Madre mía! l\1e hará la burla de simular su cuerpo ba- jo las cobijas para engañarme? (Expresión de cólera). ¡Oh, me las pagará! (Ruido sordo). ¡Desvergonzado!... almohadas ... ropa... y ... pero, ¿qué es esto? ¡Sandías y melones y una cabeza de plátanos también en la cama! Tras la escapatoria, el engaño, la burla de formar el bul- to en la cama poniendo fruta. Apenas tiene 18 años ... Pero, ya verá, ya verá, que de J\1icaela Villegas no se burla nadie, ¡menos un mocoso! ECHARRI (Voz contenida).-Miquita... JVIiquita ... ¿Qué haces tanto rato aq"l;lÍ? ¿Por qué no regresas? MICAELA.-¡Se ha escapado! Ven... ve. ECHARRI (Lanza una carcajada).-Sandías, melo- nes y plátanos ... (Vuelve a reír). · MICAELA (Furiosa).-¿ Y te ríes de la burla que me hace; de poner fruta en la cama para simular su cuer- po y engañarme? ·

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