La Perricholi, t. 2

i A PEltRICHOi. 23i cijan estas conspiraciones, porque sé que siempre hay en ellas traidores, que las hacen fracasar con su delación, aumentando sólo el número de los mártires. Acordaos de Pumácahua, los Angulo, 1V1elgar... BEDOYA.-La sangre de esos héroes no ·se ha ver- tido inútilmente, doña l\!Iicaela... lVIICAELA.-¿ Creéis que los condesitos y marque- sitos criollos, y los señorones que aunque no tienen títu- los, se jactan de ilustre estirpe, creéis que esos quieren de veras la libertad? BEDOYA.-:Muchos, sí la quieren. MICAELA.-Artimañas, artimañas, don Anto_;· nio. Yo los conozco a todos. Entran a las conspiracio· nes para enterarse y delatar, y en previsi6n, por si llega el triunfo algún día, tener siempre la sartén por el man- go ... ¡Infatuados, ambiciosos, quieren sólo sus· privilegios de grandes señores!. .. ¡Qué les importa a ellos la Patria! BEDOYA.-Tenéis razón en parte. Empero, por- que haya traidores no debemos perder la fe. ¡Triunfare- mos, doña Micaela: tendremos libertad y Patria! · MICAELA.-Ya no lo veré yo ... ESTENOS.-No digáis a sí, doña Micaela: aún te- néis mucha vida por delante. MICAELA.-No, don Felipe; no me engaño: la Parca está cerca. BEDOYA.-Dejaos de vaticinios funestos ... ¡ Tene- mos que oiros cantar a la libertad! . <CARRÉBAS. - MURMULLO INFANTIL). NIÑO 1º.-¡Abajo los godos! NIÑO 2º.-¡ Rendíos o sois muertos! TODOS.-¡ Viva la Patria!. .. ¡Viva la libertad! . MICAELA.-¡ De ellos es el porvenir, la Patria, la· libertad! * * *

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