La Perricholi, t. 2

L 'A PERRICHOLI que estaban presentes, se confesaba desesperado ... Te lla- .maba, te pedía perdón. Pero no . sabía donde estabas, y no pude avisarte. MARIANITA.-¿ Cuándo murió,.? JUANA.-Hace ocho días. También en su testa• mento declara el mal que te había hecho, y dispone que se te entregue la cuarta parte de sus bienes. MARIANITA.-¿ Dinero a mí?... ¡No!... Gra:ci,as. La honra, la felicidad , que se arrebatai1 a una mujer, ·no se paga con dinero. Guardaos vuestra fortuna. No la ne- cesito. JUANA.-Si no la aceptas será porque le guardas rencor, porque no lo perdonas, y su alma sufrirá espan- tosos tormentos en el purgatorio... No podrá subir al cie- lo en toda ta eternidad. MARIANITA.-¿ Eso pensáis? . JUANA (Suplicante).-¡ Perdónalo y acepta _el le- gado! l\1ARIANITA.-Lo perdono ; pero no quiero el di..- nero. JUANA.-¡ Así , de rodillas, te lo suplico, Mariani- ta, por la salvación de tu alma!... Nuestro Señor perdonó a sus verdugos ... ¡Piedad para un alma arrepentida! · MARIANITA.-Sólo con una condición podría acep- tar. JUAN A.-¿ Cuál es ? MARIANITA.-La de invertir ese dinero en una casa-asilo para niñas huérfanas. JUANA.-Dispondrás del dinero como te plazca, Marianita; pero acéptalo, y concede a su alma perdón, y a mí también perdóname, pues mucho te ofendí. MARIANITA.-¡ Perdonar!... ¡Perdonar cuando se ha recibido tanto daño! ¡Cuando se ha perdido la dieha y la honra·! JUANA.-Ser.é una hermana para tí en lo sucesivo ... Una esclava que te querrá y te servirá en todo lo que ne· cesites ... Estaba ciega por mi marido; lo creía un perfec-

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