La Perricholi, t. 2

222 - M A R I A J . - A L V A R A D O R I V E R A MANUELITO.-¡ Sois cruel! Empero, tenéis razón en maltratarme así. MARIANITA.--Os he escuchado y en verdad que sois digno de lástima. Os concedo mi perdón: idos. MANUELITO (Con dignidad).-Mariana, vuestro desprecio es más hiriente que vuestra cólera. . l\iIARIANITA.-Nb- os desprecio ya: os tengo pie· dad. Cobrad experiencia y criad a vuestros hijos para hombres, no para esclavos. Que Dios os guarde. LOCUTOR: (DOBLAN LAS CAMPANAS. - PA· SOS LENTOS DE MANUEL). * * * Empero, no ha terminado aún el desfile de los arre-1 pentidos ... CGOLPECITOS EN LA PUERTA>. MARIANIT A · (Pasos. - Abre la puerta. - Con , sorpresa).-¿ Tú? . JUANA.-Sí, yo, Marianita. Soy muy desgraciada.... MARIANITA.-¿ A qué habéis venido a mi casa? JUANA.-A pedirte perdón. MARIANITA.-¿ Tanibién vos? ¡Se destroza una vida, se mancha una honra, y luego, cuando el mal ya no se puede reparar, se pide perdón! JUANA.-Tienes razón; todas tus acusaciones son justas... Fuí muy mala contigo... Ahora lo conozco... (Cae de rodillas). ¡Perdóname l · MARIANITA.-Levantaos del suelo... Tomad asien- Q , ? to... ¿ ue os pasa. JUANA.-Ha muerto don Manuel, roído por la gan- grena, en medio de los mayores tormentos, y pidiendo a gritos vuestro perdón. MARIANITA.-¿ Confesó sus crimenes? JUANA.-No sólo al padre y a mí, sino a todos los

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx