La Perricholi, t. 2

212 M A R t A J . Á L V A R A Í> 6 R 1 V E R i MANUELITO (Conmovido).-¿Llora mi madre? MARGARITA.-Inconsolablemente. MANUELITO.-Pero de ella depende ... MARGARITA.-Eso es lo que ansía: que le deis una oportunidad para abriros sus brazos. MANUELITO.-¿ Y qué puedo hacer yo? MARGARITA (Suspira).-Y no es sólo vuestra madre quien sufre ... quien llora... (Voz ahogada en lágri.- mas) quien daría su vida por veros feliz ... MANUELITO.-¿ Quién más que mi madre sufre y llora?... ¿Quién daría su vida por mi felicidad? MARGARITA.-¿ No lo veis?... ¡Me da verg_t:en• za!... Empero, no puedo ocultarlo... MANUELITO (Enternecido).-¡ Margarita!... ¡No me atrevo a creerlo!... Vuestras lágrimas, ¿son por ... ? MARGARITA.-Concluid. MANUELITO.-¿ Por mí? MARGARITA.-¿ Y por quien habían de ser?... ¡In- grato! ¿Creéis que soy tan veleidosa como vos? ¿Qué me he olvidado de vuestras lecciones de baile, de vuestras lisonjas, de vuestras serenatas? MANUELITO.-¡ Perdonadme os haya hecho su- frir! MARGARITA.-Estáis perdonado: cuando se ama de veras, no se puede guardar rencor. MANUELITO -(Conmovido).-¡ Qué buena sois, Margarita! MARGARITA.-l\1anuel, os amo tanto... tanto, que ya veis: ¡en nada reparo! ¡No veo más que a vos en el mundo! MANUELITO.-¡ Sois un ángel!... ¡Dadme vues- tras manos para besarlas! <SUSPIROS. - BESOS). MARGARITA.-¡ Os amo!... ¡Os amo, Manuel! ... ¡No me hagáis desgraciada! MANUELITO.-Venís a traerme la luz, la alegría a esta horrible prisión.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx