La Perricholi, t. 2

M .A R l J\. J • A L V A R A D O RIVERA ~~~~~~- -~~~__;.....~~~------- MANUELITO.-¿ Qué dices? Mira que no me gus- ta esa chanza. TAGLE.-No es chanza, hermano, sino una hermo- sa realidad para tu corazón ansioso de una compañía amiga. · Me te'ndrás aq·uí por mucho tiem_po. MANUELITO.-No te comprendo sino es ·úna chan- za de mal gusto. · T AGLE.-Pues te hablaré en el más claro caste- llano: . vengo pres~. MANUELlTO (De mal humor).-¡ Dale con la bro· ma! T AGLE.-Te digo la verdad: estoy preso, · creelo. Fuí esta tarde a presentarme al juez, y le dí n1i palabra de honor ·de venir yo solo, por mi propia voluntad, a constituirme preso. MANUELITO.·-Cada ve{: te entiendo menos. T AGLE.-¿ Quieres detalles? MANUELITO.-Ansioso los espero. ·TAGLE.-=-·-Sabes que yo tenía un einpleo de respon- sabilidad, en la Casa de Moneda, ¿verdad? MANUELITO.-Sí. T AGLE.-Mi ayudante ha huíclo llevándose 10,000 pesos. La justicia le persigue ya. Peró comó yo soy el responsable, aunque tengo fianza, me he entregado, "has- ta gue sea capturado mi ayudante, y se pruebe su culpa-· bilidad. · MANUELITO.-¡ Hermano, cÚánto siento esta des- gracia, aunque me da la alegría de tenerte en mi 'compa.._.. ñía ! Mas, he aquí que mi egoísmo no era tan gr~nde: habría preferido no tenerte por compañero de p risiá'n... Y aun más: desapruebo que te hayas entreg; ¡i.do. Al sa• berte preso, quedará la duela en la gente: ha s sic lo dema- siado ingenuo. T AGLE.-Quizá tengas razón; pero ya está hecho y no puedo retroceder: soy tu con1pañero. · MANUELITO.--¿ No _digo que estoy siendo obje- to de un encantamiento? Yo preso porqye ~mo; y en mi

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